La industria del cine está en una encrucijada. Mientras la inteligencia artificial (IA) generativa se integra cada vez más en la producción, figuras del sector y el público se preguntan si Hollywood está preparado para las implicaciones éticas y laborales que esto conlleva.
Como detalla un reciente artículo de Matt Minton en la revista The Progressive, la industria apenas está comenzando a entender las consecuencias de esta nueva tecnología.
La Esfera de Las Vegas: Un caso de estudio polémico
Un claro ejemplo de este debate es la nueva experiencia inmersiva de "El Mago de Oz" en la Esfera de Las Vegas.
Aunque algunos la han elogiado, la adaptación, que utiliza IA generativa para crear nuevos escenarios en la pantalla LED de 160.000 pies cuadrados, ha generado críticas por ser "vacía de alma" y "estar en el lado equivocado de la historia del cine".
La polémica creció al revelarse que la producción usó IA para generar nuevas apariciones de actores fallecidos, como Charley Grapewin, quien interpretaba al Tío Henry.
Este proyecto no es un caso aislado. Directores como Natasha Lyonne y Harmony Korine han anunciado proyectos que integran la IA en sus métodos tradicionales. Incluso películas nominadas al Oscar han utilizado IA para modificar las voces de los actores.
La Lucha Laboral y los Riesgos Éticos
El auge de la IA ha reavivado las preocupaciones laborales. La reciente huelga de SAG-AFTRA, el sindicato de actores, culminó con protecciones para que la imagen y voz de los artistas no sean replicadas sin consentimiento.
Sin embargo, esto solo aplica a miembros del sindicato. Por ello, la industria aboga por una regulación federal, como la "No Fakes Act", que protegería la imagen de cualquier persona.
Según Duncan Crabtree-Ireland, el principal negociador de SAG-AFTRA, la legislación busca que el público sepa si lo que ve o escucha de una persona en redes sociales o cualquier otro medio es realmente ella. Empresas como Google y OpenAI incluso han apoyado la propuesta.
El Otro Impacto Oculto: El Medio Ambiente
Más allá de lo ético y laboral, la industria ha sido reacia a abordar las consecuencias ambientales de la IA generativa. El hardware necesario para ejecutar estos sistemas requiere enormes cantidades de energía y agua para funcionar y mantenerse fresco, ejerciendo una presión considerable sobre las redes eléctricas y los suministros de agua.
La controversia generada por el proyecto de "El Mago de Oz" en la Esfera demuestra que los consumidores tienen un papel en la toma de decisiones. Pero hasta que Hollywood se enfrente de lleno a la regulación del uso de la IA, la línea entre la innovación y el abuso seguirá siendo borrosa.



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