Los 10 mejores discos de 2025: Rosalía y Bad Bunny en el Top

El tercer disco de la banda post-punk Geese es un trabajo excéntrico, zany y cautivador que los establece firmemente como maestros del art-rock contemporáneo de su generación. El álbum estira los géneros del blues, roots y rock indie en arreglos expansivos y complejos que se mantienen, no obstante, enfocados y refrescantes, evitando caer en la divagación. El vocalista Cameron Winter es aclamado como una de las voces más emocionantes del rock moderno, con interpretaciones que van de lo susurrante a lo explosivo. Una producción inmaculada acentúa los detalles sonoros, impulsando el sonido amórfico del grupo. Es una obra que lleva su estilo al pináculo de su trayectoria y a la cúspide de las listas de rock.

Un eufórico y brillante álbum debut que es aclamado como uno de los lanzamientos más alegres, melódicos y fuertes del año dentro del dance y el pop electrónico contemporáneo. Su sonido es un caleidoscopio de hyperpop, dance de mediados de los 2000 y texturas nostálgicas de chiptune y videojuegos, creando un paisaje sonoro único y vibrante. El disco funciona como una historia coming-of-age honesta y futurista, explorando la identidad y el escapismo emocional que se filtra a través de las pantallas. Es una pieza de producción magistral que utiliza la nostalgia como material crudo para esculpir un sonido del futuro, pensado para las pistas de baile. Se ha consolidado como un álbum definitorio de la música club vanguardista y emotiva.

Este álbum es el primero de la banda en 26 años, combinando pasajes folclóricos y brash con riffs semi-metálicos para configurar una densa obra de art-rock psicodélico. La crítica lo señala como una extensa colección de composiciones fuertes, aunque a veces carece de la definición sonora esperada, volviéndolo un trabajo algo irregular. Con una duración considerable, algunos críticos sugieren que su extensión y la uniformidad de ciertos pasajes de metal progresivo juegan en su contra, haciendo que la experiencia se sienta demasiado larga. A pesar de estos puntos, el disco es un emotivo viaje musical que celebra el legado de Tim Smith. Para los fanáticos de su estilo complejo e intrincado, sigue siendo un lanzamiento significativo que recompensa la paciencia.

Un audaz y atmosférico disco que navega con confianza y bravuconería entre el post-punk oscuro y el goth-pop melódico. El álbum mantiene un aire de amenaza constante a través de ritmos oscuros, bajos pulsantes y guitarras espinosas, gracias a una producción detallada que enfatiza las texturas. Heartworms (Jojo Orme) utiliza su fascinación por los temas militares como una inspiración constante para crear himnos bailables con una estética gótica muy marcada y seductora. Aunque la crítica señala que a veces puede caer en una fórmula conocida del género, el disco consolida su sonido personal y estilizado. Es un trabajo que, en sus mejores momentos, toca algo profundamente brillante y establece su presencia escénica.

Este trabajo ambicioso solidifica a Spiritbox como una de las bandas más relevantes e influyentes del metalcore moderno, ofreciendo un sonido pegadizo y accesible incluso para oyentes no habituales del género. La vocalista Courtney LaPlante entrega un rendimiento impecable, yuxtaponiendo guturales feroces con melodías vocales angelicales y emotivas, lo cual ha definido su sello distintivo. El álbum explora el tema recurrente del agua y las emociones intensas, empujando el género hacia una dirección más melódica y progresiva con estructuras complejas. Si bien es alabado por su capacidad de avance y producción, algunas críticas señalan una excesiva compresión en la mezcla final que afecta la dinámica. Su éxito demuestra el gran apetito del público por el metalcore innovador y con gran potencial.

El aclamado álbum debut de este grupo multigeneracional de soul gospel, con profundas raíces en West Point, Mississippi, fue formado en los años 80 para mantener a los hijos de Annie ocupados en la iglesia. El sonido es ricamente melódico, ofreciendo funk optimista, grooves formidables y toques clásicos de Stax, todo con un mensaje central de esperanza, fe y redención. La voz madura de la matriarca Annie es el foco indiscutible, narrando luchas espirituales y triunfos con la experiencia de toda una vida que resuena con autenticidad. Es una joya de soul tradicional que resuena con un mensaje poderoso e inspirador, apreciada por su valor musical y espiritual inquebrantable.

El tercer LP de la cantautora irlandesa CMAT marca un nuevo punto álgido en su carrera, siendo considerado uno de los álbumes más fuertes del año en el pop-folk. Su sonido fusiona el country con el pop y la música folk, destacando por sus letras de honestidad descarnada, gran emotividad y un afilado sentido del humor. CMAT explora temas de dolor, patetismo y tragedia personal con una madurez lírica notable, logrando que sus narrativas brillen con una autenticidad cautivadora. La crítica ha resaltado cómo este trabajo consolida su talento único y su habilidad para mezclar géneros de manera orgánica y fresca. Es una obra que la posiciona firmemente en la escena de la música indie europea con gran proyección.

Esta obra es una sincera carta de amor nostálgica a Puerto Rico, fusionando el reguetón moderno con las ricas tradiciones musicales de la isla. El álbum incorpora con maestría influencias de salsa, música jíbara, plena y house, destacando el uso de samples de íconos legendarios como El Gran Combo de Puerto Rico. Líricamente, el disco explora sentimientos profundos de nostalgia, arrepentimiento y la melancolía por los momentos perdidos, con un enfoque más personal y arraigado que trabajos anteriores más arriesgados comercialmente. El álbum es elogiado por su autenticidad y su habilidad para sonar refrescantemente contemporáneo mientras honra la cultura musical puertorriqueña. Es un trabajo que lo reafirma como un artista profundamente arraigado a sus raíces y que sabe mirar al pasado con cariño.

Una pieza dinámica, auténtica y profundamente crítica que marca uno de los mejores trabajos en solitario de la vocalista de Paramore, ganando gran aclamación. El álbum explora temas complejos de confusión, desamor y realiza una crítica mordaz a la violencia y el fanatismo cultural y religioso del Sur de EE. UU. Presenta una mezcla hábil de melodías sencillas y pegadizas con grandes explosiones vocales emotivas, resonando con una sinceridad inconfundible y una madurez artística. Líricamente poderoso, el trabajo la ve redefinir su experiencia dentro de la industria musical y su identidad fuera de su banda principal. Es un disco que la posiciona como una fuerza creativa de primer nivel que no teme confrontar su pasado.

Recibió aclamación universal por parte de la crítica, siendo el álbum mejor revisado de 2025 en Metacritic, alcanzando una de las puntuaciones más altas en la historia del sitio. Es un trabajo conceptual y ambicioso cuyo título, "Lux" (luz en latín), explora la santidad, la divinidad femenina y la iluminación espiritual. ROSALÍA entrelaza el pop clásico vanguardista con el flamenco y géneros contemporáneos en una obra estructurada y exigente, dividida en cuatro movimientos distintos que fluyen con cohesión. La crítica destaca la autoridad, la versatilidad y el control vocal de la cantante como el elemento unificador de un disco trascendente y arriesgado. LUX asegura su legado como una de las artistas más importantes y visionarias de su generación a nivel global.