El próximo 21 de noviembre, Netflix estrenará "One Shot With Ed Sheeran" (titulado para la audiencia hispanohablante como "Sin cortes con Ed Sheeran"), un especial musical que redefine el formato documental en tiempo real. La producción presenta al fenómeno del pop británico en una travesía íntima y espontánea a través de la Gran Manzana, todo capturado en una sola toma continua.
Este ambicioso proyecto está dirigido por Philip Barantini, el cineasta que se ha labrado una reputación como un virtuoso del plano secuencia con obras aclamadas como el electrizante drama de 2021, Boiling Point, y la serie limitada de cuatro episodios Adolescence —ganadora de ocho premios Emmy, incluido el de Mejor Dirección para Barantini.
El arte de la única toma llega a Manhattan
Si bien los trabajos anteriores de Barantini, como Adolescence, eran empresas rigurosamente guionizadas, "Sin cortes con Ed Sheeran" representa un desafío radicalmente opuesto. El especial sigue al cantante y compositor durante una tarde, mientras recorre la ciudad tocando sus mayores éxitos en actuaciones improvisadas.
Desde presentaciones sorpresivas en aceras y vagones de metro, hasta interacciones más íntimas con fans y transeúntes asombrados, el recorrido del cantante se inmortaliza en una serie de momentos inolvidables, resaltando el entusiasmo y el "pandemonium" que genera a su paso. El concepto es simple y poderoso: el músico deambula por Nueva York en tiempo real, dejando un rastro de fans estupefactos y tocando clásicos de su catálogo.
"Desde presentaciones improvisadas en aceras y vagones de metro, hasta interacciones más íntimas con fans y transeúntes," se lee en un comunicado de prensa, "el recorrido de Ed Sheeran por Nueva York queda inmortalizado en una serie de momentos inolvidables que resaltan la conmoción y el entusiasmo que generaron."
Sheeran, un cándido en el negocio de la música
La cámara, operada por Barantini y su director de fotografía, Nyk Allen, sigue al cantante sin cortes, mientras este se desliza con su guitarra por la ciudad, saludando, tomándose selfies y absorbiendo visiblemente la energía de la admiración de los fans. El periodista Peter Bradshaw del medio británico The Guardian lo describió como "el Cándido del negocio de la música", sonriendo y tocando de forma benigna.
La proeza técnica del one-shot es indiscutible. La cámara navega milagrosamente por espacios interiores cerrados (como el backstage y el vestíbulo de un teatro, o el incómodo ascenso en un elevador) y por los cielos abiertos de las calles, pasando fluidamente de operadores en mano a drones. El esfuerzo de producción recuerda a la ambición visual de la película Birdman de Alejandro González Iñárritu.
A lo largo de la hora que dura el especial, Sheeran realiza una soundcheck vespertina, se encuentra con una propuesta de matrimonio, da un concierto improvisado en un autobús turístico, toca en una fiesta de cumpleaños en la azotea y hasta protagoniza un hilarante y (sospechosamente) casual encuentro de carpool karaoke con una amiga en el camino.
El especial, producido por Barantini, Fulwell Entertainment y el ganador del Emmy, Ben Winston, promete ser un deleite tanto para los amantes de la música como para los cinéfilos que aprecian el dominio técnico del plano secuencia.
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